Mi país, mi hijo... mi corazón que sangra
Vivo en un país que sangra…
Vivo con el alma en la mano…
Vivo en una región rica porque la naturaleza así lo quiso
Y pobre porque los hombres que la habitan no supieron forjarle un futuro.
Vivo escapándole a la tristeza que deambula por las calles de mi ciudad.
Una ciudad amenazada por el odio y la violencia de quienes creen saberlo todo y no ENTIENDEN NADA.
Piero decía: ¿Cómo le cuento a mi gente lo que pasa en esta tierra? Ay país…como le canto a mi gente… país lo que yo pienso de vos… que a mi patria la fundaron a golpes y cachetazos… cuantas voces se callaron a machetes y a balazos!
Y yo grito! Con un grito atragantado: ¡Tengo el derecho a la VIDA! ¡Tengo derecho a la dignidad! Porque así lo quiso Dios, porque para eso nos puso en el mundo.
No para acarrear con 500 años de deseos reprimidos de venganza! ¿Vengarse de quién? me pregunto.
Los muertos no responden, los muertos no están acá para reclamarles algo.
Y nosotros no tenemos la culpa de lo sucedido hace 5 siglos!
Hombres del pasado….
Esos son los que nos gobiernan, almas estancadas en revanchas ilógicas y que solo están matando el futuro que merecemos vivir.
Sangra mi país, sangra mi ciudad… y sangran mis ojos.
Desde una ciudad “con altura” nos están quitando los sueños,
Nos están empujando a un callejón oscuro, donde lo único que brilla son los destellos del “poder”, de la “destrucción”, del “odio”…
Las sonrisas escasean por acá, el dolor y el miedo vienen a suplir a la alegría natural de estar ALEGRE solo porque estamos vivos!
Miro a mi pequeño hijo… y tiemblo… porque no se si podré cumplirle todo lo que le prometí. Porque la historia que nos están escribiendo ahora nos está dejando el corazón seco. Porque yo le prometí, desde el vientre, una casa calentita, con jardines en el frente, con cercas de madera blanca, con parques llenos de risas… con suspiros de felicidad, con bocanadas de aire puro.
Hoy, la historia me dice que su herencia será el humo, la sangre, el dolor, el miedo, la frustración… la guerra…
Hoy mis ojos se inundan de lágrimas de sal… y la desesperación me hace ver visiones. Veo a lo lejos el color verde del mar… ese mar que juré que un día pisaríamos juntos, veo los dinosaurios que amas… caminando en parques inmensos…yéndose…yéndose lejos hijo mió… Esos dinosaurios que te “prometí” que conoceríamos juntos.
Solo me queda alimentarte la fantasía hijo… darle rienda hasta donde alcance la cuerda.
Me queda luchar… cansada y abatida como estoy, por cumplirte. Por no dejar que nos roben el ángel… por no dejar que nos sigan desangrando el presente y el futuro…
Me queda darte un beso de buenas noches, rezar y dormirme a tu lado… una noche más… una vida más…un sueño más…
Y soñaremos juntos! Soñaremos juntos y pediremos por nuestro país que se desangra hijo… y le pediremos al ángel que vuelva que no nos quite las alas… y que nos lleve volando hacia esa LIBERTAD que nos merecemos por el simple hecho de ser seres humanos… de tener un corazón que aún nos late… todavía…
Mi corazón y el tuyo… hasta el final… hasta el final hijo.
Escuchando: "Pensamientos" - Kenio Fuke
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