Otra vez...
Otra vez vuelvo al rincón de los miedos. Al de todas las preguntas sin respuestas.
Irremediablemente se mezclan las angustias antiguas con las vigentes. Y es que cuando me veo encorvada así… con promesas rotas colgando de mi mano, me pregunto una y otra vez si lo de HOY es fruto del ayer. Si los errores o caídas de antes no me enseñaron nada… me lo pregunto doblada sobre mis propias culpas, en este rincón en que me reconozco de horas antiguas.
¿Cuantas veces estuve en esta misma posición? Se me vienen como flashes a la mente las mil y una veces que me vi desnuda ante la vida, con los ojos llenitos de lágrimas de sal.
¿Cuantas veces me prometí que esta vez no perdería las señales? Que me daría cuenta a tiempo…
¿Me pasa solamente a mí? ¿O es que a todos nos pasa?
¿Será que todo en mi vida serán pérdidas?
El problema es que con cada una de ellas me voy endureciendo… voy creando una coraza intraspasable, una lámina de hierro que me va convirtiendo en alguien que no quiero ser.
Entonces ahí viene alguien y lucha, pelea, arremete, y tumba esas murallas, penetra en la coraza, la despedaza. Y de allí dentro emerge la confianza de nuevo, emerge la esperanza, las ganas, los sueños…. ¡Y yo peleo! Con todas mis fuerzas, porque siento, presiento que a la larga terminaré en este mismo rincón, empezando como las hormigas, a construirme un muro nuevo, una coraza nueva.
Pero antes que eso suceda ya confié, ya me entregué…
Entonces quedo de nuevo desnuda, sin nada, sin caminos, sin un aliento que me ayude a tomar un rumbo.
Hoy comienza todo el trabajo otra vez… otra vez tengo que inventarme mil maneras de aguantar este frío, esta desnudez… estas lágrimas que me dejan convertida “OTRA VEZ”, en una estatua de sal…
Desde este rincón, escribo a la nada… me lavo las heridas con la poca fe que me queda… Otra vez…
Escuchando: Waiting in vain - Annie Lennox
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